viernes, 15 de septiembre de 2017

Reflexión

Las pruebas del camino: es más fácil entregarse a ellas que escaparse de ellas.

El descanso

Dormir como enroscada en un túnel, como adherida a un árbol, como buscando un eje de luz que me sostenga. Para no ser una gelatina informe sino una mujer de pie.

Peligro

Hay un nido de escorpiones en la casa de la niña. ¿Quién velará por ella?

Asombro

Se termina un hombre y nacen miles de embriones de su agonía.

Cautiva

Vió algo frente al espejo que le gustó. Una imagen sombría y sensual. Su rostro en semi-penumbra. Su cuerpo mitad luz y mitad oscuridad. Una respiración febril la ondulaba secretamente, llevándola a una postura muy femenina, tan receptiva, casi lindante con la completa entrega. Una actitud angelical, de espera y pasividad, casi lindante con el sometimiento. Alguien la tomó desde atrás, jaló de sus cabellos con ademán certero, suave y agreste, silencioso y firme. Ella entonces supo que tenía dueño. Y que una fiera y una esclava se enfrentarían eternamente dentro de su corazón de mujer.

El Velo

Lo femenino en mí. Lo inasible en mí. Lo No rasgado en mí. Lo jamás mostrado en mí. El velo y el misterio en mí. El anhelo agreste en mí. El desierto secreto en mí. Lo Viviente. Lo No conmensurable. El oasis perfumado...

Vacío

A ti me consagro. Ayúdame a soltar y a entregarme a tu excelsa magnitud. Ilimitada. Imposible de imaginar.